10/10/11

Hipsters, arte, sexualidad: Howl



Howl es una película del año pasado que apenas ha pasado sin pena ni gloria por las críticas del pueblo, probablemente porque no alude a ninguna religión, filosofía o metafísica de la que nunca conoceremos las respuestas, ni se complica demasiado enrevesando un drama entre personajes que resulta que no son lo que parecen y cuya identidad sólo es deducible en primer lugar por el espectador más astuto.

Ese tipo de películas pueden ser buenas, pero es un cine que huele a lo que es. Me explico: un cine sin sorpresas, donde coges a un buen director/productor, con una buena historia, con buenos y obedientes actores, un buen equipo de pre-, post- y producción a secas, unos cuantos millones de dólares, agitas bien, y tienes un taquillazo.

Sin embargo, hay otro tipo de películas, donde incluyo a Howl y también podría incluir decenas de películas más (no exageraré diciendo cientos, porque a cientos no las he visto), que no huelen a éxito seguro desde un principio y sin embargo, acabas sintiendo que el mundo, y puede que concretamente "la cultura", es un lugar donde cabe esperanza para la genialidad; ¿por qué narices nadie me había dicho que esta película era tan interesante? Quizá debería situarme para que ustedes, mis queridos lectores, puedan sentirse motivados (o no) a ver esta cinta.



La película se desarrolla en estos 4 niveles o narraciones distintas: una entrevista a Ginsberg que le evoca flashbacks, un juicio, la primera lectura de Howl y las imágenes que evoca el mismo poema en animaciones bastante surrealistas (porque representar gráficamente lo que evoca a alguien un poema es bastante jodido y siempre subjetivo).

- Allen Ginsberg y los Beat. El encanto de lo hipster.

Oh, no intenten remediarlo. Ustedes son tan escépticos, sarcásticos, odia-todo como yo. Y entonces ellos y ellas también lo eran. Pienso en los clubs de jazz underground de Manhattan y San Francisco, en la post-guerra y "reimpulsar la sociedad a través del consumo y los empresarios emprendedores", las gafas de pasta y la ropa que se cuelga en perchas, el humo serpenteante de cigarrillos cancerígenos, gente que transformaba el arte, y en concreto, la literatura (generación Beat), haciendo algo tan sencillo como, por ejemplo, escribir una novela sin usar apenas comas. Aquellos eran los hipsters - beatnicks. Hoy es Williamsburg, con el mismo nombre pero distintos.
A mí me alucinan, los de antes y los de ahora. Como fenómeno sociocultural, como gente que parece que hace cosas nuevas (en realidad, no), que son distintos y que te mandan a la mierda sin pensárselo dos veces. Que querían que te cuestionaras cosas, pero no que se las cuestionara todo el mundo. Un fenómeno no marginado pero antimainstream.



La estética de la película nos traslada perfectamente a aquella época y al contexto del protagonista. Que nadie me malinterprete, soy una gran fan de rescatar el pasado, pero pese a lo mucho que me gusta, estoy empezando a hartarme de tanto rescate de los '50 y '60 más ñoños por parte de las series de TV y las películas.
Una de las voces narrativas en Howl es un Ginsberg que habla de quién es él. Allen Ginsberg era un hipster, de los de antes. Allen Ginsberg era poeta y gay. Howl fue el primer poema que le publicaron, donde Ginsberg se desnuda y dice todo lo que piensa, obviando utilizar un lenguaje más o menos apropiado para la censura de la época. Supongo que eso es lo que intentan hacer la mayoría de los buenos autores de no-ficción, desnudarse y sacarse la piel y dejar sólo aire (¿alma?), y que los demás disfruten y, quien quiera o pueda, se sienta identificado. Este desnudo no sólo se hace con el contenido, que en Howl es muy importante, sino también con la forma. Esto me lleva al segundo punto de por qué me ha gustado tanto esta película...

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- El triunfo de lo incorrecto. La forma VS. el fondo.

Una puede estar más o menos de acuerdo con la frase aquella de "No importa lo que digan, lo importante es que hablen". En Howl (el poema) no era aquel el pretexto, pero sí acaba siendo la consecuencia. Al someterse a juicio su valor como obra literaria, basándose la acusación en las palabras obscenas que incluía, se le estaba dando más importancia que la que se había pretendido en un principio. La publicidad de entonces no era tan sofisticada como la de ahora pero estas cosas siempre funcionan.
Aun así, algunas personas lo entendieron.



Las cosas que puedas contar, más o menos, siempre van a ser las mismas; lo importante es cómo lo cuentas. Eso es, precisamente en el mundo del arte, lo que va a hacerte diferente. Lo entendieron en las vanguardias de comienzos del siglo XX y lo entendieron los Beat: en la transgresión, en ir por delante de los demás, está el reconocimiento. Puede que hoy las narices arrugadas que critican la música, el cine, las artes plásticas, la literatura, etc. sigan prefiriendo algo bien hecho según las reglas, pero yo no opino del mismo modo.

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En Howl, que es una película hecha de un modo poco ortodoxo para el cine comercial, podemos apreciar que sus creadores también son partidarios de la segunda opción. Gran parte de la película es el juicio al que el editor de Howl se enfrenta, un ejercicio para que los espectadores modernos también reflexionen sobre lo que vemos, lo que leemos, y los filtros que a veces ha de pasar (podríamos llamarlo censura y autocensura contemporánea). Los prejuicios y el esnobismo y los tópicos y el gran público. El gran público que siempre quiere tener los ojos cerrados y la boca abierta y no mastica nunca nada. Me gusta cuando la gente ha de cuestionarse su modo de vida, lo que cree, lo que consume, lo que es.

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- La mirada del gay pasivo en el cine.

No sé muy bien como enfrentarme al comentario de este punto pero es una de las cuestiones que me asaltó cuando acabé de ver la película. Intentaré hablar desde mi punto de vista.
Yo soy una persona que no acaba de definir su orientación sexual, es decir, que no me identifico con una etiqueta concreta. Entiendo que haya gente que sí pueda hacerlo, y esta etiqueta los hace un blanco fácil (voluntaria o involuntariamente) para cierto tipo de productos culturales. Intentaré explicarme un poco más: un gay de 1957 no es un gay de 2011. Estoy segura de que existen muchísimas referencias bibliográficas que explicarán esto mejor que yo y si alguien quiere saber más del tema habrá de dirigirse a ellas.

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Voy a expresar mi opinión y me pueden tirar todas las verduras podridas que ustedes quieran.
No me gusta que la primera impresión que me llevo de alguien sea tener la certeza de que es GAY o HETERO (o bisexual, total, para el caso...). Los roles de género y sexualidad me espantan. Especialmente me espantan cuando nada más intercambiar un par de frases (doy más oportunidades que un mero golpe de vista) puedes adivinar toda la superficie de una persona. Especialmente, ahora que existe esta sexualidad que se manifiesta abiertamente por fuera (¡ojo! que en la variedad está el gusto, me parece necesario que existan estas personas), las hábiles-hambrientas-de-carne-humana empresas desarrollan todo tipo de productos de consumo para estos colectivos etiquetados que se identifican, más o menos, dentro de unos esquemas culturales. Por supuesto que existen "gays" y "heteros" "alternativos" (cómo cansa tanta comilla), pero la propia sociedad mainstream se ha encargado de que "todos" estén representados dentro de lo que el mainstream significa.

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Y voy al turrón. Estoy también harta de ver en el cine alternativo (porque en el mainstream prácticamente ni aparecen) gays locazas que, o bien escampan por el desequilibrio mental/emocional y sólo hablan a gritos (pienso en Xavier Dolan), o bien por el frenesí de la promiscuidad sexual, y un poco como aparte, en las drogas y la música (podría pensar en demasiados pero diré Gregg Araki). Parece que no hay nada en el medio, y me pasa igual cuando conozco a gays en la vida real. Sólo he conocido a un chico (después, amor platónico) que me demostró que se podía ser gay y ninguna de esas dos cosas.
Y con Howl POR FIN he podido ver en la pantalla la mirada del gay pasivo, o como yo lo entiendo, del gay al que no le importa ser gay, ésto es, que no hace de ser gay el pilar fundamental en torno al cual gira el resto de su vida y su identidad.
Probablemente es gracias al personaje de Ginsberg, que no era ni soltero, ni polígamo, ni seropositivo, y al trabajo de los dos directores/escritores, Epstein y Friedman que por el carácter del resto de sus trabajos, están interesados en este tipo de mirada verdaderamente alternativa.

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Siguiendo una de las líneas que surgieron después de ver la película entre mi querido J y yo, diré que existen homosexuales católicos, nazis, judíos, árabes, que se quedan en casa, que salen a tomar algo y vuelven pronto a casa, que tienen sellos discográficos, que son abogados, médicos o boxeadores y mil cosas más. Simplemente, esos gays no salen en los medios de comunicación porque lo más importante en sus vidas no es "demostrar a todo el mundo que son gays y encajan en el molde", sino simplemente, ser lo que son. Howl refleja esto tan putamente bien, que hasta resulta entrañable sin quererlo.

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Y como motivo extraoficial para ver la película, diré que no hace ningún daño ver a James Franco en primer plano.
Pueden descargarla, pero les aseguro que vale más la pena gastar unos míseros euros en esta película, que durará hasta que la raye de tanto verla, que en dos cubatas para intentar que la noche que estaba siendo una mierda "mejore" un poco. Esto último no ocurrirá. Just sayin'.

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2 comentarios:

Marina Mandarina dijo...

Muy buen articulo, como todos.

A pesar de que, como ya sabes, he visto Mildred Pierce estos días, creo que es cierto que por modas se explotan mas algunas épocas que otras. Realmente es una lastima que por el exceso algo que nos gusta acabe empachándonos.
De todos modos pasa con todo, igual que vino se irá y se quedarán con nosotros los títulos mas destacados, según la opinión de cada uno.
Y seguro que conoces a alguien mas a parte de tu amor platónico que no tenga su orientación sexual como principal eje en su modo de vida, y aunque así sea, también hay diferentes maneras de llevarlo y vivirlo. No se muy bien que diferencia hay en verlo como algo positivo en alguna persona homosexual y no en una heterosexual.

En fin, gracias por darme a conocer la película, te la pediré prestada!
Un beso enorme.

Paloma M. dijo...

Como hemos hablado por teléfono, creo que ya te lo he aclarado todo :P guapa!

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