22/1/12

Aislamiento cultural, o el mal de ser una persona muy lista en un pueblo muy pequeño.



Hace casi un año que he vuelto a mi lugar de origen y vuelvo a sufrir del "Y ahora que cojones hago". Vivir en una zona remota tiene una lista bastante larga de pros (comida rica, aire limpio, zonas verdes, naturaleza salvaje, ...) pero a la gente de culo inquieto nos proporciona una serie de incomodidades insalvables, haciendo que sea posible la nostalgia de una ciudad cercana.

Sentíos afortunados de vuestras librerías, bibliotecas, tiendas de discos, conversaciones y conciertos, por pequeños o insignificantes que sean, porque en cuanto abandonáis los núcleos urbanos, kaput. 200km. me separan de cualquier actividad catalogada de interesante en mi vida, a lo que hay que sumar comida y fuel, ojo.

Otro fenómeno experimentado es el "No soy capaz de conocer a alguien que merezca la pena / comparta intereses". Aprended de ello, la gente distinta siempre enseña algo, sea bueno o malo; independientemente del deporte favorito del pueblo, el chismorreo.

Se nota que la adquisición cultural es muy dura en sitios así, mucho dinero se tiene que entregar a correos a modo de impuestos, por estar alimentado cerebralmente. Sean Penn podría dirigir una peli sobre ello.
Creedme, se llega a echar de menos.

La vida sencilla y reflexiva es lo que tiene, mucho bienestar, pero poco sexo y poco dinero llenando tu cartera. A toda la gente le recomiendo este ascetismo, para comprobar si son unos true believers en si mismos y su capacidad intelectual.

Así que chicas interesantes del mundo, apadrinad a un hombre de pueblo. Somos muy resueltos.

La mayor parte del día escucho folk, ver tanto verde por la ventana apasiona. Té y conciertos gratis en mi habitación, mi madre adora pegar la oreja.





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