23/11/10

22-11

Esta noche he dormido como un tronco y supongo que es porque todas las piezas están en su sitio.
Han pasado tres años. Tres años.

A algunas personas, incluyéndome a mí, nos gustan las casualidades. Las pequeñas casualidades, las grandes, las telas de araña. Las películas que hablan de casualidades, los libros que hablan de casualidades y en general, cualquier historia aparentemente normal que cuando la miras con lupa es el caos.

Tomar el camino izquierdo o el derecho a veces es relevante. Otras veces no, porque acabas llegando al mismo sitio pero por otro camino, que quizá sea más divertido, más sucio, más peligroso... y otras veces tomas el camino que no te va a llevar a ninguna parte.

Hoy reflexiono sobre las casualidades y los caminos porque sé qué noche fue anoche. La noche que hizo que toda mi vida cambiara por completo, porque sin que esa noche hubiese sucedido, con toda seguridad hoy no estaría viviendo donde vivo ni con quien vivo, no estaría estudiando donde estudio, no habría vivido todo lo que he vivido y desde luego, no habría aprendido de todos los golpes que yo solita me he dado.

Es increíble cómo un pequeño gesto puede condicionar toda tu vida.

No era tan sencillo: era un frío jueves de finales de noviembre, al día siguiente tenía un examen de Historia del Arte y había dos conciertos esa noche en Valencia. Mis dos grupos favoritos coincidían extrañamente en esta ciudad y tenía que tomar una decisión: Bloc Party o Explosions in The Sky. Recuerdo que mi querido Blink iba a Explosions y el resto de mis amigos iban a Bloc. Sabía que no podía quedarme con los dos y tenía que elegir uno. Y nos regalamos aquellas entradas como presente de cumpleaños tardío, y así abrimos la caja, una caja que no se cerró hasta hace poco o quizá nunca acabará de cerrarse para ninguna de las dos. Al fin y al cabo, todas esas pequeñas cosas son las que siguen tejiendo la red de araña.

Tenía 17 años y elegí Bloc Party. No sé qué sería de mí ahora si no hubiéramos ido a aquel concierto. Si nos hubiéramos ido a casa justo después de acabar el concierto. Si Raquel no hubiera reconocido a aquella chica que yo desde luego no reconocía, porque yo sólo reconocía a alguien que en realidad aún no había llegado a conocer.

Pamplinas. Estaría donde estoy hoy. Seguro.
Hoy es un día de volver a escuchar Bloc Party. Celebremos el pasado. Que le jodan al futuro (al menos por hoy).


6 comentarios:

Unknown dijo...

Sólo después de olvidar eres completamente inocente y por eso mismo, definitivamente culpable.

Unknown dijo...

http://youtu.be/RyLQ6TYB8Ms

Paloma M. dijo...

Qué bien me conoces, desconocido Jose...

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Nada, se queda jose, el otro no me gusto

nachoprb dijo...

Que noche la de Bloc Party :)

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