Hoy escribo largo y tendido sobre Londres.
La primera vez que estuve allí me enamoró. No fue por los grandes edificios, los estilismos imposibles, los autobuses rojos de dos pisos o la inabarcable oferta cultural y de ocio. Me enamoré del puto Camden Town. No había visto algo así en mi vida, y cambió por completo mi forma de ser y de ver el mundo (vaya tela, qué influencia pueden tener dos calles de mierda y una pandilla de punks...). Podías ser lo que te saliera del culo y la gente te aceptaría por ello. Podías tener tu propia tienda aunque tuvieras una cresta rosa, la cara llena de piercings y tu vida consistiese en vender zapatos a los goths.
No le recomendaría a nadie ir a Camden Town ahora, salvo que carezca de personalidad y disfrute comprando camisetas con serigrafías irónicas, gafas con forma de corazón o vestidos cutres importados de China que cuestan de 20 pounds para arriba.
Las dos hemos crecido. Siete años y cuatro viajes después de aquel, mi Londres ha cambiado mucho. Todo eso de los edificios, la gente rara, los autobuses y la masificación no ha cambiado, pero los espacios que antes tenían "personalidad" ahora son otra trampa para turistas. Porque turistas en Londres hay muchísmos, demasiados. Sobre todo italianos y españoles. (Puaj).
Hay personas que cuando viajan QUIEREN ser turistas, es decir, quieren ver todo lo que las guías de viaje consideran imprescindible y hacer todas las colas que sean necesarias para ver lo que todos ven. Hay otros que viajan y quieren ser locales por un breve periodo de tiempo, vivir el día a día de la gente que disfruta esa ciudad, y si se pierden un monumento o se les acaba la batería de la cámara, están tan tranquilos. Yo personalmente soy del segundo grupo.
Los autobuses son preciosos, las colas y tarifas no tanto.
No está todo perdido. Ahora vienen cinco visitas curated by myself para su viaje que, de otro modo, habrían lamentado hacer a la capital inglesa. Claro está que si son de los que disfrutan simplemente viendo tiendas, paseando por monumentos predecibles cámara en mano y desfilando por las filas marciales que surcan los museos londinenses, deberían dejar de leer esta entrada.
Aventureros, síganme.
Hay más cosas buenas que las que están aquí, pero las que están, son todas buenas.
1) Abney Park
Ya sé que no han venido hasta aquí para ver un cementerio, que los hay en todas partes. Pero este jardín enorme, parque y cementerio a la vez, vale la pena ser visitado (¡gracias a Alex por su contribución!). Tumbas del siglo XIX, algunas limpias y la mayoría enterradas bajo montones de hojas, caminos embarrados interminables, rayos de sol que se cuelan entre frondosos árboles. Árboles tan vivos que sus raíces levantan a la piedra muerta: lápidas con forma de libro, de corazón, de cruz. Unos pocos mausoleos. Escalofríos y belleza gris. El paseo, mejor por la mañana, durará lo que sus piernas aguanten.
Después de haber cogido dos o más buses para llegar hasta aquí, vale (mucho) la pena visitar el resto del barrio de Stoke Newington. Precioso como pocos en Londres, humano como ninguno y poblado de tiendas independientes con corazoncito. El Farmer's Market es el sábado y aquí se puede cruzar la calle sin mirar a los lados.
2) Music & Goods exchange
No hay que confundirse y hacer comparaciones rápidas con Cash Converters y tiendas similares. Esta "cadena", tiendas pequeñas que decidieron asociarse, tiene todo lo bueno y barato que te puedas imaginar. Desde ropa (aunque en Londres tienes vintage hasta decir basta) a libros, música especializada y objetos extraños. Mi recomendación es para la tienda del mercado de Portobello, en el 14 de Pembridge Road. Cómics antiguos en buen estado por precios más que asequibles, cómics nuevos, libros usados (no necesariamente viejos) sobre música, cine, ciudades, poesía, novelas... demasiadas joyas a 3 pounds, de esas que sólo encuentras manchándote las manos y rebuscando de puntillas por las estanterías. Los tipos tienen carácter inglés, eso sí.
Si les apetece convertirse en turistas, unas calles más abajo está el mercado de Portobello los sábados, aunque siempre va a estar igual de lleno. Los puestos interesantes están pasado el puente y al chiflado que vende uniformes militares. Sofás baratos, comida colorida, antiguedades, cristalería y gente que no tiene que colgar carteles de "NO PHOTO". Por supuesto, estos últimos escasean.
3) Brick Lane en domingo
Tampoco es cuestión de ir de sobrado, en algún momento iba a toparse con las multitudes. El domingo por la mañana (mejor llegar sobre las 10, a medida que avanza el día se llena más y más...) se extienden las mantas y comienza el mercadillo de Brick Lane. Hay tantos caminos para entrar que mejor que cada uno encuentre el suyo. Cosas dispares, que sobran, desde piezas mecánicas a zapatos, mesitas, fiambreras, ruedas de bici o metros de moqueta. Brick Lane es lo que a Camden le faltaba entonces, pero dentro de unos años se convertirá en la misma mierda (y apuesto mi brazo).
El primer tramo de Brick Lane está lleno de locales bonitos que huelen a curry
En el Sunday UpMarket hay comida de todas partes del mundo, tipo Camden. Aunque aquí el ritmo no es tan frenético y no te ofrecen muestras para probar, todo está riquísimo. Comida vegetariana y vegana hasta reventar, de todas las partes del mundo. Es más, en el puesto de España tienen opciones vegetarianas de comida supuestamente típica de aquí que no había visto en mi vida. Viva la multiculturalidad.
Dos imprescindibles para mí: Beyond Retro y Rough Trade.
La primera, por ser un almacén de ropa vintage bonita a precios razonables para la calidad que ofrecen. Eso es difícil de ver cuando contamos en libras esterlinas. Puedes comprar online, pero es una experiencia inolora, insípida y carente dependientes buenorros.
La segunda, por ser la mejor tienda de música de Europa. Si no están suscritos al newsletter de Rough Trade, háganlo ya. Si no, no son melómanos. Allí hay música de todas las partes del mundo, abarcando desde lo comercial a lo indie y lo desconocido (¡puedes encontrar CINTAS!). Si es bueno y suena bien, está allí. No sólo gana por la música, los libros son mejores que los de Urban Outfitters, emblema de la pose moderna por excelencia. Tiene un fotomatón analógico dentro (aunque hay otro más chulo en Shoreditch... pero eso es un secreto). Y por favor, no os compréis el tote bag, que ya hay suficientes intentos de hipster en España.
Visitarlo cualquier otro día de la semana es visitar hipsterlandia, hablando de la tribu urbana.
4) All Star Lanes
Es sábado por la noche, tienes hambre y ganas de mover los pies. Apareces en un edificio de lo más normal cerca del British Museum, grande y marrón. Dos chicas están fumando al lado de una escalera que baja a un sótano que si no miras dos veces no lo habrías visto. Bajas por las escaleras, entras en una puerta donde cuelga un neón que dice "All Star Lanes". Dentro está lo opuesto del inframundo. O quizá en los años 50 esto hubiera sido el pecado.
Cenar en la oscuridad de unas paredes de madera, iluminado por las luces azules de la pista de bolos. Comiendo una veggie burger o chile vegano con arroz mientras escuchas a Stevie Wonder, las Supremes, Shangri-Las, Jackson 5 y toda la discografía de Sun Records y la Motown. Camareras con deportivas blancas y faldas con volantes. El batido Elvis es el mejor que he probado en mi vida, por cierto (PB&J forever), y para los alcohólicos también hay una interesante carta de cócteles.
Para los que no gustan de clubs y gente plástica y prefieren el doo-wop. Es una cadena con más locales, entre otros en Brick Lane, pero son mucho más obvios.
5) Pret a Manger, Nando's y Whole Foods.
No soy especialmente defensora de las cadenas ni las multinacionales, pero sí me gusta cuando las cosas se hacen bien y en un ambiente agradable. Si son de los míos y nunca se atreverían a decir "En Inglaterra se come fatal" (frase típica de gente que cree que los Fish&Chips son el único plato tradicional inglés) y acabar comiendo en McDonald's, KFC y aberraciones culinarias y morales similares, pero necesitan un bocado rápido, estas tres son las mejores cadenas. Y aviso que mi presupuesto siempre es reducido...
Pret a Manger hace brownies para chuparse los dedos. Toda la comida la hacen el mismo día, los ingredientes son orgánicos y de comercio justo y hay muchas opciones veganas. Por supuesto, son conscientes de que existe la leche de soja y que el sushi vegetariano no es una utopía. Asequible y sabroso, encontrarán el logotipo de la estrella en todas las calles largas y céntricas. Cuidado, que es una cafetería y cierra pronto.
Nando's nació en Sudáfrica con espíritu portugués y se ha extendido por todo el mundo. Recomendación de Anthony para comer bien y vegetariano en Londres. Y VAYA SI COMÍ BIEN. Nunca había visto tantas opciones vegetarianas/veganas personalizables en una cadena de comidas. Vale que su plato insignia es el pollo, pero aquí puedes tomar desde hamburguesa veg con champiñón portobello, hallumi y muchos más platos. Todos los acompañantes son vegetarianos. El restaurante tiene un funcionamiento curioso en el que, entre otras cosas, eliges lo picante que quieres tu comida. Mi consejo: no pasen del mild.
Para todos los públicos, incluso los bolsillos más ajustados. Busquen el logo del gallo.
Whole Foods es un supermercado de comida orgánica. En EEUU siempre vemos a los famosos con las bolsas marrones gigantes en las fotos de los paparazzi, y la cadena hace tiempo que llegó a UK. Aquí en Valencia, su equivalente sería Navarro, pero no le llega ni a las rodillas (aunque la comida sea buena pero cara). Sopas humeantes en la puerta te invitan a entrar, y una vez que empiezas a recorrer los pasillos y a ver esas neveras con postres veganos, ya no puedes salir. Para comprar comida, para comer allí. Hay sección de restaurante-barra con platos veg y no veg, pero siempre orgánicos. Absténganse personas que se emboban fácilmente en los supermercados grandes, como yo. Sus acompañantes tendrán que echarles a patadas.
Soy una gorda comilona, amante de la segunda mano y la gente extraña.
Disculpen si los lugares que aquí he recomendado con tanta pasión decepcionan a alguien.
2 comentarios:
Gran crónica y no como las de los programas de viajes españoles donde solo muestran estupideces, y gente cantando "yo soy español, español, español"... Quieres grabar junto a mi un piloto y venderlo a alguna productora? Yo pongo la cámara!
Espera un año a que acabe la carrera y hacemos un especial de USA, con páramos recónditos, hillbillies (como en tu último post), diners abiertos 24H y decadencia. O a cualquier otra parte.
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